Una de las fundadoras nos cuenta:
«Por los años 80, nos juntábamos un grupo de amigas para ir al hospital Jorge Von Ahn. Llegábamos una vez por semana a ver a los niños que estaban hospitalizados en el centro. Después con el tiempo nos fuimos involucrando con las niñas y con los adultos, y lo que hacíamos era llevarles un poco de alegría, les llevábamos piñatas y películas.
Y cuando la gente se dio cuenta de que nosotras ya estábamos llegando constantemente al centro, nos empezaron a abordar pidiéndonos cosas. Recuerdo que decían: «Mire me van a operar aquí en el hospital, a pesar de ser un hospital nacional, me van a operar, pero fíjese que tengo que traer el yeso», o que «tengo que traer los clavos que me van a poner», o «necesito una silla de ruedas»; entonces empezamos a hacer eventos, como desfiles de modas, cenas, bailes, para recaudar fondos.
Pero nos dimos cuenta que el problema de discapacitados era muy grande, que era mucho más grande de lo que nos habíamos imaginado y entonces dijimos bueno, nosotros deberíamos hacer algo más grande para ayudar a estas personas y como una bendición de Dios llegó a mis manos el programa de Teletón. El programa de Teletón ya se hacía en varios lugares de América Latina, también para niños con discapacidad.
Nosotros no éramos ninguna fundación, únicamente nos llamábamos «Los amigos del minusválido», pero a estas alturas ya habíamos involucrado a los esposos y entonces dijimos vamos a tocar puertas a algunas instituciones o asociaciones que ya están formadas para que ellos se hagan cargo de esto. Fuimos a tocar puertas pero nadie quiso hacerse cargo del programa y nos dijeron que estábamos locos, que cómo creíamos que iba a ser posible una recaudación de este tamaño. En ese año la meta era medio millón de quetzales y logramos un millón cuatrocientos mil. Fue en la primera Teletón en el año 86″